14 septiembre 2006

Break Point (Convención Nacional Democrática)

En busca de un sueño

se acerca este joven

En busca de un sueño

van generaciones

En busca de un sueño

hermoso y rebelde

En busca de un sueño

que gana y que pierde

En busca de un sueño

de bella locura

En busca de un sueño

que mata y que cura

En busca de un sueño

desatan ciclones

En busca de un sueño

cuántas ilusiones

En busca de un sueño

transcurren los ríos

En busca de un sueño

se salta al vacío

En busca de un sueño

abrasa el amante

En busca de un sueño

simula el tunante

En busca de un sueño

tallaron la piedra

En busca de un sueño

Dios vino a la tierra

En busca de un sueño

partí con mi día

En busca de un sueño

que no hay todavía.

(Silvio Rodríguez)

06 septiembre 2006

De encabronamientos, lutos y Perversiones rockeras

El encabronamiento me persigue y ataca mis sentidos y sentimientos, hoy he hecho algunos comentarios en los blogs de los amigos, los más viscerales, con la mentada a flor de tecla. La desvergüenza del TRIFE y de los higienicos de manos, que pregonan; si los robamos pero nó'mas tantito, ah! y dentro de lo permitido por la legalidad y las buenas costumbres.
Dicen que que el luto hay que asumirlo hasta diluirlo; así que retomaré el divertimento que no es otra cosa más que un chacoteo-ludico-literario-urinario sobre como me hice adicto a los tacos de suadero y al rock. Continuemos pues con el post del 6 de junio pasado... El anzuelo me había atrapado. El daño estaba hecho, el rock me abría las puertas de lo prohibido. El lunes siguiente al ir a la secundaria me acerqué al "chino", un compañero procedente de la lejana republica del Yucatán (aún no llegaba el Mastuerzo por alla con todo y su influencia a Go-Go) y a quienes los de tercero le llamaban indistintamente "chino" o Yoko. Le comenté sobre el disco que me habían comprado (EL&P) y mis impresiones; él no los conocía, así que quedamos que al día siguiente intercambiaríamos discos, así ambos conoceríamos otros sonidos. A la mañana siguiente, antes de iniciar las clases, el Yoko me llamó y con cuidado extremo abrió la mochila y me mostró un disco Lp: Chicago Transit Authority; antes de ponerlo en mis manos advirtió; Cuídalo muy bien cabrón, me lo regalo mi primo que vino de gabacho. Yo, con igual cuidado, pero sin la advertencia y solemnidad le presté el de EL&P. El disco de lo que mas tarde sabría que era la Superbanda Chicago me gustó, era adictivo, aún ahora recuerdo los tracks 3, 4, 5, 6 y 9 que correspnden a: Beginnings, Question 67 68, Listen, Poem 58 y I'm a man; una cascada de ritmo y energía. Al siguiente día y mientras haciamos fila en la escuela, Yoko me preguntó sobre su disco; le dije que lo había grabado en cassete. Con mirada satisfecha y presuntuosa inquirió; ¿Cuantos discos de rock tienes? al saber por mi respuesta que le había prestado el único, sonrió con cierta dósis de sadísmo para espetar; Por cada disco que me prestes, yo te traeré dos. Dicho esto sacó dos discos más; Grateful Dead; Blues for Allah y Cream; Wheels of fire, fue como intentar apagar un incendio con gasolina. Semanas después, gracias al Yoko y a las donaciones monetarias de mi padre, mi discoteca había aumentado, nutriéndose de muchos Lp's de rock. El buen Yoko y su amigo El Lobo me instruían constantemente, así supe que (al ménos para ellos) una cosa era el rock y otra ancestral y fresa el rock & roll. Al regresar a la tienda de discos de San Juán de Letrán, le comenté con entusiasmo al viejo de mis descubrimientos musicales, sobre todo le confesé mi gusto por EL&P, se interesó por los antecedentes de Keith Emerson y me recomendó leer el punto de vista de la Estética y la Armonía de Ralph Waldo Emerson, al tiempo que me dijo que escuchara algunas versiones "raras" que un tal Waldo de los Rios hacía de los clásicos y a Ekseption, unos alemanes que reinterpretaban la musica culta, y cuyo disco Ekseption Back to the Classics, recién había llegado a la tienda, y que obviamente salia bajo mi brazo. Meses más tarde, entre los prestamos del Yoko, su amigo "el Lobo" y las compras de mi padre, mi mundillo musical había crecido considerablemente; ya conocía algunos discos mas de EL&P, otros más de Chicago desde el Transit Authority hasta el XIX, Deep Purple (con la Filarmónica de Londres, Machine Head y Made in Japan), Grand Funk Rail Road (GFR, Live y E Pluribus), Cream (Whells of fire y Live II), Blind Faith, Grateful Dead (American Beauty, From the Mars Hotel, Blues for Allah y Steal your Face) The Who (My Generation, Who's next, Who by Numbers, Who are you? y Quadrophenia) y todo Led Zeppelin. Me sentía afortunado por la generosidad de mi padre y las acertadas guías de los amigos. Curiosamente y a pesar de escucharlos por la radio, no tenía aún ningún disco de The Beatles ni de The Rolling Stones. Mi descubrimiento musical aumentaba, sin olvidarme de la musica clásica, y la no tan clásica e igual de revolucionaria que el rock, ya que fuí asiduo asistente a los foros dónde se presentaron los llamados Festivales Internacionales de Música Contemporánea (o algo por el estilo), sitio donde escuché por vez primera a Federico Ibarra, cuya música y charla me atraparon. Eso fue sólo el principio... cuando aprendí el caminito me atreví a recorrerlo sólo, guiado por la intuición, la aventura y el gusto.