Dicen que que el luto hay que asumirlo hasta diluirlo; así que retomaré el divertimento que no es otra cosa más que un chacoteo-ludico-literario-urinario sobre como me hice adicto a los tacos de suadero y al rock.
Continuemos pues con el post del 6 de junio pasado...
El anzuelo me había atrapado. El daño estaba hecho, el rock me abría las puertas de lo prohibido. El lunes siguiente al ir a la secundaria me acerqué al "chino", un compañero procedente de la lejana republica del Yucatán (
aún no llegaba el Mastuerzo por alla con todo y su influencia a Go-Go) y a quienes los de tercero le llamaban indistintamente "chino" o Yoko. Le comenté sobre el disco que me habían comprado (EL&P) y mis impresiones; él no los conocía, así que quedamos que al día siguiente intercambiaríamos discos, así ambos conoceríamos otros
sonidos.
A la mañana siguiente, antes de iniciar las clases, el Yoko me llamó y con cuidado extremo abrió la mochila y me mostró un disco Lp:
Chicago Transit Authority; antes de ponerlo en mis manos advirtió;
Cuídalo muy bien cabrón, me lo regalo mi primo que vino de gabacho. Yo, con igual cuidado, pero sin la advertencia y solemnidad le presté el de
EL&P.
El disco de lo que mas tarde sabría que era la
Superbanda Chicago me gustó, era adictivo, aún ahora recuerdo los tracks 3, 4, 5, 6 y 9 que correspnden a:
Beginnings, Question 67 68, Listen, Poem 58 y I'm a man; una cascada de ritmo y energía.
Al siguiente día y mientras haciamos fila en la escuela, Yoko me preguntó sobre su disco; le dije que lo había grabado en cassete. Con mirada satisfecha y presuntuosa inquirió;
¿Cuantos discos de rock tienes? al saber por mi respuesta que le había prestado el único, sonrió con cierta dósis de sadísmo para espetar; Por cada disco que me prestes, yo te traeré dos. Dicho esto sacó dos discos más;
Grateful Dead; Blues for Allah y Cream; Wheels of fire, fue como intentar apagar un incendio con gasolina.
Semanas después, gracias al Yoko y a las donaciones monetarias de mi padre, mi discoteca había aumentado, nutriéndose de muchos Lp's de rock. El buen Yoko y su amigo El Lobo me instruían constantemente, así supe que (al ménos para ellos) una cosa era el rock y otra ancestral y fresa el rock & roll.
Al regresar a la tienda de discos de San Juán de Letrán, le comenté con entusiasmo al viejo de
mis descubrimientos musicales, sobre todo le confesé mi gusto por EL&P, se interesó por los antecedentes de
Keith Emerson y me recomendó leer el punto de vista de la
Estética y la Armonía de Ralph Waldo Emerson, al tiempo que me dijo que escuchara algunas versiones "raras" que un tal
Waldo de los Rios hacía de los clásicos y a
Ekseption, unos alemanes que reinterpretaban la musica culta, y cuyo disco
Ekseption Back to the Classics, recién había llegado a la tienda, y que obviamente salia bajo mi brazo.
Meses más tarde, entre los prestamos del Yoko, su amigo "el Lobo" y las compras de mi padre, mi mundillo musical había crecido considerablemente; ya conocía algunos discos mas de EL&P, otros más de
Chicago desde el Transit Authority hasta el XIX, Deep Purple (con la Filarmónica de Londres, Machine Head y Made in Japan), Grand Funk Rail Road (GFR, Live y E Pluribus), Cream (Whells of fire y Live II), Blind Faith, Grateful Dead (American Beauty, From the Mars Hotel, Blues for Allah y Steal your Face) The Who (My Generation, Who's next, Who by Numbers, Who are you? y Quadrophenia) y todo Led Zeppelin.
Me sentía afortunado por la generosidad de mi padre y las acertadas guías de los amigos. Curiosamente y a pesar de escucharlos por la radio, no tenía aún ningún disco de
The Beatles ni de
The Rolling Stones.
Mi descubrimiento musical aumentaba, sin olvidarme de la musica clásica, y la no tan clásica e igual de revolucionaria que el rock, ya que fuí asiduo asistente a los foros dónde se presentaron los llamados
Festivales Internacionales de Música Contemporánea (o algo por el estilo), sitio donde escuché por vez primera a
Federico Ibarra, cuya música y charla me atraparon.
Eso fue sólo el principio... cuando aprendí el caminito me atreví a recorrerlo sólo, guiado por la intuición, la aventura y el gusto.