25 octubre 2009

Libros Viejos, Sonrisas Nuevas

Los libros siempre han sido imprescindibles para mi persona; incluso en algunas ocasiones he llegado al extremo de leerlos.
Mis intelectuales amigos han llegado a hacerme señalamientos muy serios sobre mi afición a los libros:
-Que no hacen juego con el mobiliario y colores de mi sala.
-Que no debo quitarles el empaque de plástico transparente porque se ensucian y se hacen viejos.
-Porque no me espero a que los filmen, ya que en película se ven mejor y cómodamente.
-Porque compro en las baratas del FCE (Fondo de Cultura Económica).
-Porque cuando viajo en metro compro algún libro en lugar de un diario.
Incluso, dicen que por los libros no encuentro disfrutable el fútbol, y un gran etcétera.
"En el fondo de todo humorismo, hay una mezcla de conmiseración y desprecio." (E. J. P.)
Pese a todos éstos señalamientos, he continuado mi apego a los libros. Sin importar la opinión de amigos, ni de intelectuales, o de modas y sin importar, sobre todo, sí mis opiniones son política o culturalmente correctas.
Así he visto las expresiones con los ojos muy abiertos y desorbitados de tertulianos cuando he expresado mi gusto por los escritores menos favorecidos con la fama, pero en cambio, recompensados por el olvido.
Para mi (de)generación resulta una herejía que yo prefiera externar mi gusto por Victoriano Salado Álvarez que por Julio Cortázar.
-Que haga señalamientos sobre la conducta política de Octavio Paz, mencionando que recién descubro que el poeta hace ver enano al político, y que en cambio acepte públicamente mi gusto por Vargas Llosa, a pesar de sus posicionamientos políticos.
-Que me divierte más Cervantes que Shakespeare.
-Que escribía mejor Miguel Mihura que Carlos Fuentes.
-Que Francisco Umbral es el equivalente español de Guadalupe Loaeza.
-Que me gustan las biografías de Joaquín Sabina porque me recuerdan a "Chin Chin el Teporocho", el personaje mas famoso de Armando Ramírez.
-Que el materialismo histórico discursivo de Groucho es hilarante y más democrático que el de Don Carlos del mismo apellido, ...por mencionar las que les parecen más escandalosas.
Pero yo digo: "así somos los humanos, entreverados y con profundas raíces de contradicción."
"El humorismo, como toda planta ligera tiene raíces profundas." (Enrique Jardiel Poncela)
Las lecturas me han llevado a un sin fin de ambientes, sin embargo, con el transcurso del tiempo, o quizá se deba solo a la acumulación de la edad, he encontrado mayor placer, realmente un cínico placer en la lectura del humor y del humor absurdo aún más.
Desde Quevedo y Lope de Vega, hasta Woody Allen y Tery Gilliam.
Y de pronto uno descubre que no solamente es lo que come, también es lo que lee.
Ocasionalmente en casa nos tiramos el lastre, vamos deshaciéndonos de cosas que han servido heroicamente, pero de pronto se van acomodando en cualquier parte como testigos sordos, mudos y cudrapléjicos de nuestra cotidiana vida.
Uno o dos veces por año acostumbramos en la familia deshacernos de éstas cosas, acumuladasa partir de la última vez que que realizamos dicho ejercicio.
Hacía un mes escaso que recorrimos todas las partes de la casa en busca de "chácharas" que dar de baja. Incluimos en esa ocasión un sitio que no suele ser sometido a dicha limpia; el
estudio. Y sin opción de decir, "éste libro es mío" seleccionamos (aquí debo decir que la familia nos constituimos en órgano colegiado y casi democrático) y votamos por los libros que dejarían algunos huecos en los libreros. Una vez más, las decisiones no se basaron en el prestigio o fama del autor, sino el gusto de los integrantes del jurado.
Me sentí como Conquistador español quemando códices prehispánicos, o más
recientemente, como la regidora de León Guanajuato, Hortensia Orozco Tejada, arrojando libros de texto escolar con educación sexual al fuego, con la diferencia que en lugar de lanzar los libros a la hoguera, los acomodamos con el comprador de cosas usadas.
Días más tarde, realizábamos la familia completa uno de nuestros deportes extremos favoritos; caminar por el Centro Histórico de la muy Noble y Leal Ciudad de México.
Ejercicio posterior a la semejante extrema actividad de comer en el restaurante del Hotel Catedral.
Decía que caminábamos sobre la calle de Donceles, en dirección a la antigua calle de Niño
Perdido, hoy con el horroroso alias de Eje Central, para llegar al Museo Nacional de Arte, cuando por arte de magia descubrí que la calle de Donceles es el refugio de las librerías de usado y antiguo. Debo aceptar que padezco debilidad de espíritu grave. En menos tiempo de que lo escribo, ya estábamos dentro de una de las mayores y por tanto más llamativas.
Entrar en estos templos construidos por los compradores de bibliotecas completas, libros usados, libros sin uso que testifican los pocos admiradores del los autores, o los fracasos editoriales, pero sitios también donde puede encontrarse todo tipo de tesoros impresos mediante el invento de Gutemberg o escritos pluma y tinta en mano. Incunables, ediciones únicas, rarezas literarias, todo un universo para el cual los haberes del que ésto cuenta, no cuentan.
Fijó mi atención un libro que se encontraba detrás de un mostrador de cristal, un libro evidentemente entrado en años, pero que me recordaba dos cosas;
una de ellas mis aficiones literarias adolescentes inducidas por mi abuelo. Recuerdo que me produjo gusto y nostalgia
El otro piquete a la memoria me produjo encono, casi por iluminación recordé al hijo de... sobediente (bueno pensándolo bien, la calidad moral de algunas madres no son del todo culpables de las conductas de sus hijos) que me había solicitado el mismo libro en préstamo, para no hacer evidente su labor expropiatoria.
El libro en cuestión es "Amor se escribe sin H" de Don Enrique Jardiel Poncela. Edición mexicana de 1957, los colores de la portada y del papel comidos por Cronos y el Sol, nuestros señores. Pedí al encargado del lugar, un joven que rebasaba los veinte años, me mostrara el libro.
Pero si está nuevo! exclamé, llamando la atención de Monik, el motivo de mi existencia. Ella se acercó con la sorpresa dibujada en el rostro; expresión que se acentúo al ver el libro al que hacía referencia. Tiene sonrisas sin estrenar, le dije, tratando de darle forma a la contradicción.
El humorismo es reasociar elementos previamente disociados. (E. J. P.)
Es decir independientemente de la edad del libro, éste no había sido hojeado por nadie. En tanto ésto sucedía, el joven encargado volvió trayendo otros libros del mismos autor;
¿Pero una alguna vez Veinte mil vírgenes?;
Lecturas para analfabetos;
Los Ladrones somos gente honrada;
Eloisa está debajo de un almendro;
La Tournée de dios;
Espérame en Siberia vida mía; y
Cinco kilos de cosas más y Obra Inédita.
Las tres primeras obras del los libros que trajo el encargado de la librería, recién las había vuelto a adquirir, gracias a cierta amistad con la encargada de la Casa del Libro, una señora entrada en años a la que le hizo cierta gracia que alguna vez preguntara por obra del autor, María Inmaculada tan española como su nombre.
Así que volviendo a la librería, confesaré que decidí obtener la mencionada Amor se escribe sin H; Eloisa esta debajo de un almendro, edición argentina de 1960; Cinco kilos de cosas más, que vino a ser una compilación editada por Ediciones Buen Humor, México 1943, la edición estaba seccionada en dos partes, a causa de la edad; y Obra Inédita de Enrique Jardiel Poncela, con prologo de José María Peman, editada por AHR, Barcelona 1967. Todos los libros estaban repletos de sonrisas sin estrenar.
Gasté en los cuatro libros el equivalente a 95 dólares
americanos, ante la mirada atónita de mis hijos, quienes no se aguantaron la gana de decirme con cierto tono de reclamo; -¡Padre, acabamos de deshacernos de libros y tu ahora llevas libros viejos!-
Les obsequié una sonrisa a ambos y dirigí la mirada al techo de la librería, tratando de sacar de mis pensamientos a Herodes y concentrándome cual Jesucristo; -"Perdónalos, no saben lo que hacen"-
"El hombre que se ríe de todo es que todo lo desprecia. La mujer que se ríe de todo es que sabe que tiene la dentadura bonita" (E.J.P.)
Esa malvada, provinciana y nada cosmopolita costumbre que me persigue, de pretender leer en un ambiente silencioso y tranquilo, y que se conjunta con mi afición a visitar cementerios, pero que se contrapone por el vicio de vivir en una de las ciudades más ruidosas del mundo; me ha obligado a leer por las madrugadas, inclusive en los sitios mas escatológicos creíbles (más que los cementerios y las salas de velación), el baño. Y digo, sí muchos van, además a cantar, por qué razón yo no iría a también a leer, sobre todo cuando aprendí a hacerlo silenciosamente.
Lo que no domino a la perfección es el arte de reírse en forma silente, lo que ha provocado que en algunas noches mi mujer se levante medio espantada a media noche, llame a la puerta del baño y me pregunte si estoy bien. En ocasiones a ésta pregunta se suma la información extra sobre la hora que es, y al buen entendedor... Recuerdo que horas antes me abatía el sueño.
Ésta higiénica costumbre literaria ha provocado ciertas reacciones: durante el día me acosa el tal Morfeo, el temor a su abrazo ha generado cierto tipo de homofobia.
El hecho de tener revisteros convertidos en libreros en cada baño de casa, ha logrado que a los miembros de ésta familia les seduzca la curiosidad y se asomen a las lecturas del padre, trayendo en consecuencia algunos disgustos. Y no porque cambien de sitio las obras del Divino Marques de Sade, no, el enojo se debe a que ahora caminan dentro de la casa los libros de Jardiel Poncela, retrasando la continuidad en la lectura.
Pero ya he puesto algún remedio, todos los libros de Jardiel Poncela, de Jorge Ibargüengoitia, de Mihura, de Moliere, de Groucho han sido colocados en los baños.
El resultado es maravilloso, hemos encontrado en los libros viejos sonrisas nuevas.
"El salvajismo no sabe rirse." (E.J.P.) Lo que explica la falta de humor de los políticos y militares.
Yo que siempre he aceptado públicamente que la fuente de mi amplia cultura se encuentra en las lecturas de esa internacional enciclopedia editada mes a mes con el nombre de Cosmopolitan, es decir soy un intelectual 100% Cosmo, ahora acuso la necesidad de reflexionar (los intelectuales jamás divagamos); ¿Cuál es la génesis de la sonrisa?
"Para unos, el humor es un juego; para otros, una posición ante la vida. Otros, en cambio, ven en el humor un refugio; una huída. Son muchos los que vislumbran en él un aire de «jovialidad, agudeza, apacibilidad de genio y alegría»; hay quien lo asocia al deseo satisfecho o, tal vez, como Freud defendía, al insatisfecho. No falta quien lo afilie con el absurdo, el disparate, la tontería, la comicidad, la burla y otros tantos miembros de tan lúdica familia."
(Marta Sánchez Castro, El humor en los autores de la «otra generación del 27)
"Humor es posiblemente una palabra, la uso constantemente. Estoy seguro que algún día averiguaré su significado." (Groucho Marx)
En el humor, la inventiva, lo absurdo, lo grotesco y lo paradójico, fueron acabando con la gracia simple, doméstica y vulgar para convertirla en sonrisa inteligente, civilizada y de buen gusto.
La sonrisa y la franca carcajada que se producen en mi persona, lo hacen usando mis músculos, huesos, tendones y demás tejidos, y son secundarios a un fenómeno intelectual sucedido en mi sistema neural. Sin embargo la sonrisa original esta fuera de mi, la sonrisa es producto de una imaginación ajena, a la que yo solamente re interpreto. La motivación o idea original fueron producidas en otro individuo, con circunstancias y experiencia acumulada diferentes de la mía.
Quizá nos reímos de lo mismo, pero por diversas circunstancias e interpretaciones. Dicen los que pregonan que de ésto saben mucho, que el humor no es correspondiente a un estado de ánimo, que en mayor medida es una respuesta cultural, civilizada e incluso de "buen gusto" a circunstancias cómicas, trágicas para un tercero o carentes de lógica. También ha sido catalogado como un acto vulgar, falto de respeto y escapísta, tendiente a ocultar la ignorancia.
Algunos autores, los menos pretenciosos, han considerado al humor, y sobre todo al humor complejo, como la ironía y el sarcasmo, como un acto de refinamiento cultural.
"-Plantea usted una pregunta interesante. Desde antiguo se ha querido saber el origen de la risa. Hay teorías lúdicas, de sentimiento de superioridad, de asombro, etc. Finalmente se coincide en que el origen de la risa es el ingenio, la inteligencia, la capacidad de relacionar ideas, de darles la vuelta, de ver el mundo desde otro prisma. El bruto no ríe.- "
Enrique Gallud Jardiel (Nieto de Jardiel Poncela, en respuesta a una pregunta de éste inventor de historias, y que nada mal estaría que dieras una hojeada a su blog Humoradas, sito en este espacio: http://humoradas.blogspot.com/
* * *
-No caeré ahora -ni espero caer nunca- en la simpleza de definir el humorismo, costumbre muy de hoy, porque definir el humorismo es como pretender clavar por el ala a una mariposa, utilizando de aguijón un poste del telégrafo.
Tampoco intentaré roturar el campo de lo humorístico, porque todos lo campos espirituales son infinitos e inmensurables y no se sabe de ellos sino que limitan; al norte, con la muerte; al sur , con el nacimiento; el este, con el razonamiento; y al oeste, con la pasión.
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No definiré el humorismo, no. Pero si diré que todo el mundo entiende la literatura humorística. Lo cual es naturalísimo.
Particularmente la literatura humorística, ademas de servirme como una porción de cosas que no hace falta denunciar, me sirve para medir la inteligencia de las personas de un golpe y sin equivocarme en un solo caso.
Sí oigo que alguien me dice;
"- ¡Bueno, se les ocurre a ustedes unas ganzadas tremendas!"
Pienso; éste es un cretino.
Si me dicen:
"-Está bien esa clase de literatura, porque quita las penas"
Pienso; éste es un hombre vulgar.
Cuando me advierten;
"- Éste es un género admirable y lo encuentro de una dificultad extrema."
Entonces pienso, éste es un hombre discreto.
Y por fin , si alguien me declara:
"-Para mi el humorismo es el padre de todo, puesto que es la esencia concentrada de todo y porque el que hace humorismo piensa, sabe, observa y siente."
Entonces digo; éste es un hombre inteligente! (*)
* Nota del autor: Truco con el que se pretende conseguir que el lector elogie este libro... y a su autor.
Fragmento de Amor se escribe sin H de Enrique Jardiel Poncela.
Será el sereno, decía mi abuela, pero en México el humor gráfico y literario ha estado presente en la mayor parte de nuestra historia, desde la lucha independiente, el periodo revolucionario y la actualidad. El humor ha sido un arma política, que al tiempo que señala y acusa, sirve de válvula de escape para la sociedad.
¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí? (Groucho again)
En esta parte me pregunto; ¿La sonrisa que me provocan éstos libros viejos me pertenece?
En ocasiones he pensado que son sonrisas que pertenecen al autor, y que yo simplemente hago uso de ellas. Es una forma de inmortalidad de algunos autores, dejan sonrisas ocultas en sus textos para que la sonrisa de cada lector les impida dormir profundamente en sus tumbas.
Amigo lector, consume y regala sonrisas; recuerda que más vale una sonrisa en vida, que mil post mortem.
Los muertos, por mal que lo hayan hecho, siempre salen en hombros. (EJP)

19 agosto 2009

Mexiko Mein.Kampf / La Guerrita Nuestra de Cada Día


Mexiko Mein.Kampf
La Guerra Nuestra de Cada Día
La guerra nos marcó desde el principio. Los antiguos crearon un imperio en base el uso y conocimiento de la guerra, su dominio llegó a tal extremo, que a falta de enemigos que estuvieran "a la altura de su vida", incluso la simulaban. Y los de la tierra llamada Tlaxcalla se prestaron de perfectos patiños, para representación de las Guerras Floridas o Xochiyaoyotl; representación que repetían anualmente. Estas guerras eran sagradas, ya que servían para colectar prisioneros que se ofrendaban al Sol creador, mantenedor de la vida y fecundador de la tierra. Los guerreros más valientes en combate eran capturados y sacrificados en la piedra esculpida para tal efecto, le extraían el corazón y la sangre era colectada en una vasija en forma de flor cuauhxicalli, que tenía grabadas varías águilas y un colibrí sagrado (representación de Huitzilopochtli) que descendía para alimentarse con la sangre del sacrificado. A los menos valientes, solamente les cortaban una oreja, que se ha especulado, por su contorno, que semeja un medio corazón. De éstas guerras es muy conocida la leyenda sobre el tlaxcalteca Tlahuicole, un tipo aventado, que ya se había despachado a uno que otro Caballero Jaguar (guerreros de la noche) y Caballero Águila (guerreros del día), entre ellos a un hijo de toda su Moctezuma padre, pero que para su mala suerte, lo atraparon cuando se atascó en una ciénaga. Lo llevaron a Tenochtitlán, donde el mencionado padre ofendido, quedó admirado por el valor del de Tlaxcala que decidió perdonarlo, como a Salomé (la de la canción), le ofreció vía libre de regreso. Sin embargo, morir en ésta especie de cacería divina era el máximo honor para cualquier mortal de aquellos tiempos y Tlahuicole pidió morir con honor, antes que volver despreciado; deseo que finalmente le fue concedido.
Sin embargo en el transcurso de nuestra historia posterior, parece que nunca aprendimos a la perfección el arte de la guerra. O quizá como sucede con la famosa fábula judía del Arca del Alianza, tal vez aquí, durante la conquista hispana se perdió el Códice de Huitzilopochtli, que seguramente debió contener la receta perfecta de cómo hacer y ganar la guerra. Como dicen en Massachusetts y lo repiten los totonacas neoliberales posmodernos el “Know how”.
Así durante la llamada Guerra de Independencia, ya joven bicentenaria, nuestros héroes (ahora santos, impolutos e infalibles), antes de convertirse en las monografías y biografías más vendidas de la papelería de la esquina, y motivo principal para ir vestidos de blanco todos los lunes a la escuela, para desentonar patrióticamente los himnos y cantos a la bandera en cívicas ceremonias escolares; solamente se hacían la guerra, y generalmente entre ellos mismos.                                   
La misma técnica se perfeccionó durante la mentada Reforma, obteniendo su representación máxima en ese galimatías llamado Revolución.
Y ni que decir del México contemporáneo:
Que si la guerrita contra el “crimen organizado” que todo corrompe, hasta a nuestros combatientes e incorruptibles guerreros, y que además sirve para mantener la guerra verbal que justifica la ausencia de medidas contra el embate económico.
O bien aquella otra guerrita por la “legitima izquierda representativa” y el usufructo electoral, contra la izquierda del “Jesús non sancto de los últimos días” que negocia su última cena por 33 denarios;
Tambien aquella otra guerrita por la recuperación de los principios de la “derecha opositora” corruptible, en contra de la “ultraderecha pragmática” empoderada y corruptora.
Y por supuesto, la anunciadísima guerra cuaternaria por el retorno al cardenísta rancho de Los Pinos entre los bañaditos velociraptors y los temibles t-rex.
Ya lo decían los abuelos, en las autóctonas guerras contemporáneas; “como en botica, hay de todo”, inclusive podríamos añadir, se preparan recetas.
El gran pero, siempre existe uno, es que sabemos iniciarlas, pero no sabemos finiquitarlas y eso nos obliga a sufrir los efectos no deseados. El daño colateral que genera una guerra llega a convertirse por sí mismo en otra guerra, contra la original. En simbología simplista podría decir, la serpiente que se devora a sí misma.
Cuando las guerras no se finiquitan y permanecen en el tiempo, tienden a desgastar los códigos morales y sus valores; perdiendo significación y aún contradiciéndose la terminología “bueno” y “malo”. Así, unos y otros bandos cambian de personalidad moral de forma intermitente.
Y son prácticamente bicentenarios los ejemplos de lo anterior:
Miguel Hidalgo y Costilla, en la madrugada del 11 de septiembre de 1810 arengó a la población de Dolores e inicio una guerra al grito de; Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Abajo el mal gobierno! ¡Viva Fernando VII!”, donde es necesario recordar que el tal Fernando era el recientemente abdicador rey de España a favor de Napoleón, nada de independizarnos de Spain.
En Celaya además de cajeta, sabían pulir y abrillantar el ego; nombraron a Don Miguel “Generalísimo”, éste se la creyó y no supo reconocer la experiencia militar de Ignacio Allende, quien a su vez lo acusaba por dejarse llevar por la “chinaca popular”, es decir lo acusaba de populísta, lo que nunca esclareció Don Nacho, sí al mejor estilo Fotziano o Echeverriísta. Sin duda Don Ignacio, que era 100% Palacio, sabía perfectamente que posterior a un baño de pueblo es necesario un baño de agua tibia, por aquello de los malos olores. Se cuenta que esta divergencia de opiniones continuó post mortem, ya que al descubrirse ambos decapitados y expuestos en la Alhóndiga de Granaditas, se mostraban mutuamente la lengua.
Ignacio López Rayón heredó de propias manos del "Generalísimo" los restos de la tropa, y por supuesto, el mando. Para no sentirse menos expresó los motivos de su lucha;
"para la conservación de sus derechos, defensa de nuestra religión santa e indemnización y libertad de nuestra oprimida Patria".
Por lo que convocó a instalar una Suprema Junta Nacional Americana a realizarse en Zitácuaro, para que gobernara hasta que Fernandito VII recuperara el reino español.
En tanto Don Nacho se atribuyó el rimbombante título de Ministro Universal de la Nación, para que José María Morelos y Pavón no se sintiera el jefe supremo; aunque hay que decir en su favor que sin las prestaciones de los actuales ministros de la también rimbombante como inoperante Suprema Corte de la Nación o del TRIFE, sin duda, en el fondo, Don Nacho era un “tipo decente”.
Por su parte a Don José María Morelos y Pavón; “Pareces de Pénjamo, le gritó una de Cuarácuaro”, sitio donde inició el ejercicio sacerdotal y tambien su guerra, aunque en realidad era de Valladolid, posteriormente Morelia, nombrada así justamente cuando el prócer se fue a ídem. Don José irritado y para despistar le espetó; “voy, voy, pos ora… pos mire señora, que yo soy de Pénjamo habrá notado, por lo atravesado que somos allá”
Decía que Don Chema fue muy carismático, casi como conocido político mexiquense de la actualidad, aunque sin necesidad de proyectarse en programas de la farándula. Fue sumando a su lucha otras guerras particulares; como la de los hermanos Galeana en Tecpan, la de Leonardo y Nicolás Bravo en Chilpancingo; la de Mariano Matamoros en Izúcar, por nombrar a las más sobresalientes.
Con todas éstas guerras, y la que le daba Brígida Almonte con la manutención de Juanito Nepomuceno, producto de otra guerra, es decir de otras ganas; “… si una muchacha te mira y se agacha, es que es de Pénjamo, o si te mira y luego suspira, también es de allá”. Con toda ésta aceptada ´paternidad, Don José no debío exhibir su apetito carnal en revistas y shows de chismes de la época. Cabe decir que ni la entonces jovenzuela Patricia Chapoy le hizo guerra mediática.
Don José María Morelos le dio un giro a la lucha, es el verdadero padre de las ideas de independencia, al resumir en su documento Sentimientos de la Nación las guerras y anexar inclusive las ideas de otros muchos:
  1. Que la América es libre e independiente de España y de toda otra Nación, Gobierno o Monarquía, y que así se sancione, dando al mundo las razones.
  2. Que la religión Católica sea la única, sin tolerancia de otra.
  3. Que todos sus ministros se sustenten de todos, y solos los Diezmos y primicias, y el Pueblo no tenga que pagar más obvenciones que las de su devoción y ofrenda.
  4. Que el Dogma sea sostenido por la jerarquía de la Iglesia, que son el Papa, los Obispos y los Curas porque se debe arrancar toda planta que Dios no plantó: omnis plantatis quam nom plantabit Pater meus Celestis Cradicabitur [Todo lo que Dios no plantó se debe arrancar de raíz]. Mat. Cap. XV.
  5. Que la Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que sólo quiere depositarla en sus representantes dividiendo los Poderes de ella en legislativo, ejecutivo y judiciario, eligiendo las Provincias sus vocales, y estos a los demás, que deben ser Sujetos sabios y de probidad.
  6. : “Que los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial estén divididos en los cuerpos compatibles para ejercerlos”.
  7. Que funcionarán cuatro años los vocales, turnándose saliendo los más antiguos para que ocupen el lugar los nuevos electos.
  8. La dotación de los vocales, será una congrua suficiente y no superflua, y no pasará por ahora de ocho mil pesos.
  9. Que los empleos los obtengan sólo los americanos.
  10. Que no se admitan extranjeros, si no son artesanos capaces de instruir, y libres de toda sospecha.
  11. Que la Patria no será del todo libre y nuestra, mientras no se reforme el Gobierno, abatiendo el tiránico, sustituyendo el liberal y echando fuera de nuestro suelo al enemigo Español, que tanto se ha declarado contra esta Nación.
  12. Que como la buena Ley es Superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el Jornal del pobre, que mejoren sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto.
  13. Que las Leyes generales comprendan a todos, sin excepción de Cuerpos privilegiados, y que estos sólo lo sean en cuanto al uso de su ministerio.
  14. Que para dictar una ley se discuta en el Congreso, y decida a pluralidad de votos.
  15. Que la esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la distinción de Castas, quedando todos iguales, y sólo distinguirá a un Americano de otro el vicio y la virtud.
  16. Que nuestros Puertos se franqueen a las Naciones extranjeras amigas, pero que éstas no se internen al Reino por más amigas que sean, y sólo haya Puertos señalados para el efecto, prohibiendo el desembarco en todos los demás señalando el 10 p 100 u otra gabela a sus mercancías.
  17. Que a cada uno se le guarden las propiedades y respete en su casa como en un asilo sagrado señalando penas a los infractores.
  18. Que en la nueva Legislación no se admitirá la Tortura.
  19. Que en la misma se establezca por ley Constitucional la celebración del día 12 de Diciembre en todos los Pueblos, dedicando a la Patrona de nuestra libertad María Santísima de Guadalupe, encargando a todos los pueblos la devoción mensual.
  20. Que las tropas extranjeras o de otro Reino no pisen nuestro Suelo, y si fuere en ayuda no estarán donde la Suprema Junta.
  21. Que no hagan expediciones fuera de los límites del Reino, especialmente ultramarinas, pero [se autorizan las] que no son de esta clase, [para] propagar la fe a nuestros hermanos de tierra adentro.
  22. Que se quite la infinidad de tributos pechos e imposiciones que más agobian, y se señale a cada individuo un cinco por ciento en sus ganancias, ú otra carga igual ligera, que no oprima tanto, como la Alcabala, el Estanco, el tributo y otros, pues con esta corta contribución, y la buena administración de los bienes confiscados al enemigo podrá llevarse el peso de la Guerra y honorarios de empleados. —Chilpancingo 14 de septiembre de 1813.—José María Morelos (rúbrica).
  23. Que igualmente se solemnice el día 16 de Septiembre todos los años, como el día Aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra Santa libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la Nación para reclamar sus derechos y empuñó la espada para ser oída, recordando siempre el mérito del grande Héroe, el Sr. D. Miguel Hidalgo y su Compañero D. Ignacio Allende.
(Las negritas en el texto de Don Chema sólo se añadieron para señalar los motivos que dieron origen a otras guerras, algunas de ellas, lo muestran como un gran visionario, ya que aunque actuales, fueron advertidas hace doscientos años, sin duda parecía de Pénjamo)
De ésta forma Don José María Morelos y Pavón dio forma a la guerra de Hidalgo, que por cierto, sus antecedentes son entre otros, la petición hecha el 5 de agosto de 1808 por el Ayuntamiento de México al virrey José de Iturrigaray, para que convocara a una Junta Ciudadana que gobernara en tanto el desventurado Felipe VII volvía a sentarse en su real trono. La propuesta del Ayuntamiento expresaba:
Este ayuntamiento plantea el problema del asiento de la soberanía. Acepta, sin duda, el derecho de Fernando a la corona, y no le niega obediencia; pero introduce una idea que cambia el sentido de su dominio: la soberanía le ha sido otorgada al rey por la nación, de modo irrevocable. Las abdicaciones de Carlos y Fernando son nulas, pues el rey no puede disponer de los reinos a su arbitrio.
Bien, pues en plena fuga, Don Chema se dio tiempo de promulgar en Apatzingan, en 1814, la primer Carta Magna o Constitución Política.
Hecho que marcaría el destino del generalísimo Morelos. Ya que al otorgar máximos poderes al Congreso, que, liderado por Don Nacho López Rayón, y solamente para que Don Chema no cayera en las seducciones del poder y le diera por despachar en Palacio Nacional, lo desconocieron como jefe supremo del ejército (condenándolo a aparecer en las devaluadisímas monedas de un peso) y le asignaron la tarea de guardaespaldas del congreso (así, casi tan minúsculo como el de ahora). Y fue en una acción de protección a los congresistas que José María Morelos y Pavón fue tomado prisionero degradado y excomulgado, por ser considerado por la Sacrosanta Iglesia Católica como "hierba que no plantó el señor", siendo arrancado de la vida el 22 de diciembre de 1815.
Muerto Morelos, la guerra se diluyó, quedando focalizada en tres zonas; Vicente Guerrero en Oaxaca, Félix Fernández, alias “Guadalupe Victoria” en Puebla y el gachupín Francisco Javier Mina en Guanajuato. Sin embargo el entonces virrey Juan Ruiz de Apodaca, quiso terminar la guerra de forma muy campechana, indultando a todo indio que dejara las armas.
Como los remisos no se aplacaban, Don Juan Ruiz y sus reales sometieron a Mina de la forma más tradicional, fusilándolo. Solo quedaban los revoltosos de Puebla y Oaxaca, así que considerando a Vicente “The Warrior un peligro para México, encomendó a un tal Agustín de Iturbide para combatirlo.
“Agus” era un ñoño de época, bañadito, perfumadito, iba a misa y comulgaba todos los domingos. Era el favorito de los antecesores de Norberto Carrera.
Tenía fama y éxito con las güeras pero carecía de dinero, cosa que ni limitó la pasión despertada en doña María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio Barba, (mejor conocida; “Desde las puertas de la Sorpresa, hasta la esquina del Jockey Club” como la Güera) ilustre abuela del catedrático de la lengua Don Leonardo, cuyos “toques” se debían a su condición de representante sindical, y a una fijación por recetar relaciones materno incestuosas a los reporteros, y no como éstos escribieron, dudando de su rancio abolengo. Así que camino a guerrear a Guerrero, el señor iluminó a Agustincito, y también se enteró de que Fernando VII había sido obligado a firmar en 1812 la constitución liberal de Cádiz y sus contenidos sobre la soberanía nacional, la división de poderes, el sufragio universal, la igualdad de ciudadanos ante la ley, los derechos individuales y algunas otras linduras.
Estudioso y ambicioso que era “Agus”, vio la oportunidad de superarse, por lo que posterior a un round de sombra con Don Chente, lo invitó a discutir civilizadamente. En el inter, pasó a Iguala y proclamo Tres Principios o Garantías, slogan que le haría hombre de éxito;
* México sería una nación autónoma, gobernada por Fernando VII.
* Los criollos (hijos de españoles nacido en América) tendrían los mismos derechos que los españoles.
* La religión católica como única y la iglesia conservaría todos sus privilegios.
¡¿Dónde quedaron las ideas revolucionarias del llamado Siervo de la Nación?!
Finalmente el 27 de septiembre de 1821, El Ejército Trigarante entro en la Ciudad de México; desde diferentes rumbos, formando una columna al frente de la cual iba Agustín de Iturbide, quien ademas desvió la ruta del desfile para que la Güera Rodríguez (la dama, no el líder) lo viera cabalgar galantemente y le hiciera guiños al pasar.
Supuestamente con ésto terminaba la guerra de Independencia.
Don Vicente que al principio también se persignaba todas las mañanas fue convencido y aceptó unirse a Iturbide. De esta forma el patriota Agustín de Iturbide firmaría en 1827 el Acta de Independencia del "Imperio Mexicano", junto con otros "ilustres y muy decentes" personajes; Antonio Joaquín Pérez Martínez, Obispo de Puebla; Juan de O’Donojú teniente General del ejército español; Anastasio Bustamante, entre otros.
La nación mexicana que por trescientos años ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido. Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados y está consumada la empresa eternamente memorable que un genio superior a toda admiración y elogio, por el amor y gloria de su patria, principió en Iguala, prosiguió y llevó a cabo arrollando obstáculos casi insuperables. Restituida, pues, cada parte del Septentrión al ejercicio de cuantos derechos le concedió el autor de la naturaleza, y reconociendo por inajenables y sagrados las naciones cultas de la tierra, en libertad de constituirse del modo que más convenga a su felicidad, y con representantes que pueden manifestar su voluntad y sus designios, comienza a hacer uso de tan preciosos dones y declara solemnemente por medio de la Junta Suprema del Imperio, que es una nación soberana e independiente de la antigua España, con la que en lo sucesivo no mantendrá otra unión que la de una amistad estrecha en los términos que prescriben los tratados; que entablará relaciones amistosas con las demás potencias, ejecutando respecto a ellas, cuantos actos pueden y están en posesión de ejecutar las otras naciones soberanas; que va a constituirse con arreglo a las bases que en el Plan de Iguala y Tratados de Córdoba estableció sabiamente el primer jefe del Ejército Imperial de las Tres Garantías, y en fin que sostendrá a todo trance y con sacrificio de los haberes y vidas de sus individuos (si fuere necesario) esta declaración hecha en la capital del imperio a 28 de septiembre de 1821, primero de la independencia mexicana.
Iturbide recibió la aceptación divina y fue proclamado San Iturbide I Emperador de México, como premio de consolación, a Don Vicente le impusieron la gran Cruz de la Orden de Guadalupe “Tonantzin” (algo así como medalla de bronce) y le dieron chamba como General del Ejército Imperial.
Ya con calma y tiempo libre, sus amigotes lo pervirtieron, inscribiéndolo en una logía masónica del rito de York.
En tanto Don Antonio López de Santa Anna iniciaba con el Plan de Veracruz su propia guerra, para implantar el régimen republicano.
Don Vicente y Don Nicolás Bravo, acostumbrados a guerrear, ni tardos ni perezosos, se le unieron. Derrocando a Iturbide, y de ésta forma su antiguo aliado Félix Fernández, mejor conocido en el mundo de las papelerias escolares con el alias de “Guadalupe Victoria” (no era travesti, únicamente fanático religioso; se hizo nombrar así por el triunfo de la guerra que izó como bandera a la guadalupana) se convirtió en el primer presidente de México.
Dicen las malas lenguas de Tamazula que fue el inventor del "pasito duranguense" y en sus ratos libres hacía comentarios críticos contra Hugo Sánchez y la selección mexicana de futbol, razón por la que norecibió apoyo de Televisa, en realidad se llamaba José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix. Es comprensible por que decidió cambiarse el nombre.
Por fin, la tranquilidad parecía estar al alcance, pero al necio de Nicolás Bravo, se le ocurrió levantarse en Tulancingo, una mañana lluviosa de 1828, de malas, con la indigestión de una "guajolota" (emparedado de tamal frito) y el apellido encima, para desconocer a Guadalupe Victoria. Dicen que entre gitanos no se conocen las suertes, Don Vicente fue a llevarle un “alkaseltzer” a su antiguo aliado, pero Nico seguía de malas y de necio; Don Chente, hombre de pocas palabras y de muchos amigos, decidió “darle agüita”, pero lo dejó vivir, ésta accion le permitio a Nicolás Bravo cobrar en Palacio Nacional en tres diversas ocasiones.
Don Vicente, cansado por tantas fallas. y al grito de "Yo si se como hacerlo", de plano decidió autodestaparse para la grande con la ayuda de Lorenzo de Zavala y Joel Roberts Poinsett, embajador plenipotenciario de los yankees. Sin embargo las legislaturas estatales lo vieron "muy negro" para el cargo y optaron por Don Manuel Gómez Pedraza.
Santa Anna y Lorenzo Zavala unieron sus guerritas e hicieron renunciar a Gómez Pedraza.
Finalmente el Congreso designó presidente a Don Vicente Guerrero, quien se sentó en la codiciada silla de Palacio Nacional el 1º. de abril de 1829, en compañía de Anastasio Bustamante, quién cobraba como Vicepresidente; Lorenzo Zavala como secretario de Hacienda y su otro cuate, el gringo Poinsett como consejero Yorkino espiritual, según se cree sin sueldo.
Debido a que lo nombró el Congreso y no las legislaturas de los estados, que ya desde entonces reclamaban como ahora la CONAGO, se cuestionó siempre su presidencia como “ilegitima”, reclamo que se agravó con la política hacendaria que impuso Zavala a los estados. Cosa que aprovechó su vicepresidente Anastasio Bustamante para hacer su propia guerrita.
La “presidencia ilegitima” duró unos cuantos meses. El 15 de septiembre de 1829, antes de la fiesta del “grito”, Don Vicente decretó la Abolición de la Esclavitud, que desde 1810 Hidalgo había promulgado:
1. Queda abolida la esclavitud en la República
2. Son por consiguiente libres los que hasta hoy se hubieren considerado como esclavos
3. Cuando las circunstancias del erario lo permitan, se indemnizará a los propietarios de esclavos, en los términos que dispusieran las leyes.
Decreto que afecto los intereses de los estados de Texas y Nuevo México, y que gracias la guerras propias de su “amigo” Joel Roberts Poinsett, y el embajador Anthony Buttler , quienes intrigaban con las ideas gringas del Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe, sembraban la semilla de la desintegración de más del 50% del territorio nacional.
Esa es la versión catastrofista de las cosas, en el Club de los Optimistas, en voz de su vocera Lucerito y de Mijares, se dice que desde entonces, la mitad del territorio nacional dejo de ser el "backyard" de los yankees y sus habitantes pasaron a ser "ciudadanos de primera", con inglés y clases de computación gratuitas.
Malagradecidos que somos los mexicanos, siempre hémos pasado éste logro por alto, endilgándole tal contabilidad a Don Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón, mejor conocido en los bajos mundos del dinero la política y los agentes de ventas como "Su Alteza Serenisíma", aunque muchos dicen que en realidad era un ca...rbón.
Al día siguiente, el 16 de septiembre, el Congreso lo declaró imposibilitado para gobernarm.
Ay que tiempos Señor Don Simón! (¿cómo te quedó el ojo Fotz? .. tú qué opinas “Jelipe”?).
Encabronado, y con harta razón, “… Sí un hombre por una pérfida, se mata con otro prójimo, si es decidido y muy atrevido, es que es de Pénjamo” se regresó al sur a meditar su propia guerra, pensó en hacer un plantón en Paseo de la Reforma, pero las dudas lo abrumaban tanto que su guerrita se convirtió en guerra civil.
Anastasio Bustamante, hombre premonitorio y prevenido, se adelantó a la frase del general con nombre de delegación política; Álvaro Obregón y disparó cincuenta mil pesos a un tal Francisco Picaluga, quien invitó a Don Vicentico a un paseo por la bahía de Acapulco, todo pagado. “ ….sí a quemarropa te invita una copa, pos ni dudar”
Pero en realidad se llevó al general al baile, hasta Huatulco, donde lo entregó a “mi querido capitán” Miguel González, cuyo único mérito en campaña fue la aplicación de justicia transparente y expedita, como lo solicitó Anastasio Bustamante, y temiendo que actuara la Suprema Corte de Justicia, con la prontitud característica, y ordenara su liberación inmediata, lo condenó y fusiló el 14 de febrero de 1831 en Cuilapan, Oaxaca.
Eso es justicia expedita, lo demás son chin…
“… Al cabo que en todo México, hay muchos que son de Pénjamo”
Hasta aquí las guerritas de Independencia, que como verás extraviado lector, no sabemos cómo terminar. Actualmente continuamos con nuestro mexicanísimo axioma; No hay peor lucha que Lucha Villa, la que no se hace, está.
Ésta práctica la hémos exportado muchas partes del mundo.
Se cuenta que en una tarde de 1924, sorbiendo un caballito de tequila y después de escuchar “Puñalada Trapera” en una grabación de Lucha Reyes, el joven Adolfo se inspiró para darle titulo a sus escritos, . Mein Kampf. Posterior a tan ardua labor intelectual, el futuro Herr Führer dirigió la mirada en busca del mesero, señalando su copa pidió otra, dirigiéndose al resto de los parroquianos pronuncio unas palabras, de lo que sería la base de la filozoofia nacionalsocialista, discurso que se consideraba perdido, pero tras minuciosa investigación este relator arrebató a las garras del olvido y de un mariachi garibaldeño que lo intentaba musicalizar, un tal Rubén Méndez.
Emocionado hasta las lágrimas les comparto aqui el discurso:
Que me sirvan las Otras por Pénjamo, por mi Pénjamo voy a brindar!”
Ya vamos llegando a Pénjamo
ya brillan allá sus cúpulas;
de Corralejo, parece un espejo , mi lindo Pénjamo,
sus torres cuatas, son dos alcayatas, prendidas al sol.
Su gran variedad de pájaros
que silban de puro júbilo,
y ese paseo de Churipitzeo, de allá de Pénjamo;
es un suspiro. que allá en Guanguitiro, se vuelve canción.
Me dijo un Cuerámaro;
que yo parecía de Pénjamo
voy, voy, pos ora...pos mire señora, que soy de Pénjamo
lo habrá notado, por lo atravesado, que somos allá.
Si un hombre por una pérfida
se mata con otro prójimo
si es decidido, y muy atrevido
es que es de Pénjamo;
si a quemarropa, te invita la copa, pos ya ni dudar.
Al cabo por todo México
hay muchos que son de Pénjamo:
si una muchacha, te mira y se agacha., es que es de Pénjamo,
o si te mira, y luego suspira: también es de allá.
Si quieres venir a Pénjamo
mi tierra feliz y cálida;
dame un besito, que se siente bonito
y ahí está Pénjamo
con sus rincones, y bellas canciones
que hablan de amor.