07 junio 2006

Sobre como nos encontramos el Rock & Roll y yo

La música es un universo, donde abundan sistemas solares, nebulosas, galaxias, cometas y los hoyos negros. Negado que he sido a reconocerle certeza alguna a la astrología, debo aceptar mis limitados conocimientos de astronomia. Descubrí la música como casi todo niño, en casa, con sonidos exóticos y ritmos diversos. A finales de los 60's viviámos en Tabasco y mis padres gustaban escuchar Radio Habana Libre, donde además de los kilométricos discursos de Fidel Castro, programaban a Ernesto Lecuona, Eliseo Grenet, La Sonora Matancera y su larguísima cadena de solístas; mi padre además desarrolló un afinado gusto por la música popular mexicana, particularmente por los sones jarochos, guerrerenses, michoacanos y sobre todo el huapango, así como por el tango, desde Gardel hasta Piazzola. Mi madre, menos izquierdoza y mas bullanguera, escuchaba a Agustín Lara, Pérez Prado, el Vargas de Tecalitlan, Glenn Miller, Benny Goodman, Humperdink, Tom Jones, Domenico Modugno y Nicola Di Bari. Los domingos familiares eran un arcoiris musical o un viaje a diversos rincones del mundo, guíados por la música. No tengo claros los gustos o motivos reales de mis padres por la música "clásica", muchas veces he pensado que en realidad sólo nos llevaban a los conciertos, a mis hermanos y a mi por mera disciplina pedagógica. Ya en los 70's, y de regreso en la ciudad de México, acompañar a mi padre cada sábado por las calles del centro se convirtió en una disfrutable costumbre, destacándose el recorrido por la entonces llamada Calzada de San Júan de Letrán, donde esta el Gran Disco, supertienda musical que se convirtió en indispensable aduana. Estos recorridos establecieron una irrenunciable transacción; mi padre me compraba dos o tres discos por semana, y en la libreria El Sótano de la Alameda, la misma cantidad de libros. El límite marcado para poderme llevar discos a casa era que al menos uno fuera de música sinfónica o clásica. En el segundo piso de la tienda de discos, justo al terminar la escalera, estaba la sección de Música Clásica, a cargo de un señor ya entrado en años, cuyo nombre se ha derretido en mis olvidos. El fué el otro auténtico Prometeo que iluminó mis andanzas por los campos de los instrumentos, los autores, los solistas, los directores, las orquestas, el ritmo, la armonía, la tonalidad, la figura, los instrumentos, el tiempo y los importantísimos silencios. Esa amistad cómplice me descubrió a Vivaldi, Rossini, Tchaikovski, Chopin, los Stauss, para después escuchar a Beethoven, Bach, Mozart, Bartok y Wagner. En ocasiones me sugeria un disco y a la semana siguiente otro con la misma obra, pero diferente orquesta y director. Este señor me compartió muchas horas de su vida y una partecita de su amplia experiencia muscial, que de alguna manera incidieron en mi gusto musical. A mediados de la década de los setenta, y cuando mi mundo musical abarcaba casi una centena de lp's, donde la mayor y la más preciada parte estaba compuesta por pastas de Deutsche Grammophon dedicadas a Beethoven y dirigidas por Herbert Von Karajan; subí de nueva cuenta la escalera de la tienda de discos, el anciano no estaba en su sitio, por lo que regresé a la planta baja y en tanto buscaba a mi padre, la curiosidad me atoró en un anaquel que contenía llamativas portadas. Atrapado por los dibujos me quedé con un disco en la mano; una paloma blanca cuyo vuelo parecía congelado en el aire y la forma parecia diluirse o destintarse, como acuarela sumergida en agua; Emerson, Lake & Palmer. Los surcos del disco contenían la versión del trío inglés a The Barbarían de Béla Bártok y a la Sinfonetta de Leos Janacek. La música clásica me llevó al sitio dónde me contagié de rock, mal que he sufrido y disfrutado désde entonces.

12 comentarios:

Ernesto dijo...

gracias por tu post que me llevó a conocer tu blog, en muchos aspectos es parecido al mio y parece ser muy interesante (no lo he leido todo). ya comenté tu post con otro post.

Ernesto dijo...

cual es the barbarian de bartok? te refieres quiza al allegro barbaro, o a barba azul???

Dog_save_us_from_God dijo...

Don Ernesto, tienes razón, la rola en cuestión es la versión que EL&P hacen a el Allegro bárbaro (1911) de Bela Bartok, con sus ritmos marcados utilizando al piano como instrumento ritmico de percusión; forma hasta entonces practicamente inédita que presentaba un nuevo estilo y una nueva estética; una obra diversa en personalidad y con gran fuerza interpretativa. Según dicen los que saben de esto, antecedente a Stravinsky, yo solo sabría decir que fue mi entrada al rock sinfónico o progresivo; más tarde descubriría otros mundos de ese universo llamado rock & roll.

Dog_save_us_from_God dijo...
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Dog_save_us_from_God dijo...

Zebigled, I enjoyed your blogg. The images posted in it contain a very good humor meaning.

Anónimo dijo...

Muy interesante tu blog. Por cierto, entre nosotros, el Ulises de Joyce no se mide en calorías por ración, sino en Kilojulios por palabra. Gracias por tu visita.

Bernardo Felipe Martínez Meave dijo...

Chidisimo y excelente post! Es bueno ver que ya hay una comunidad de Filozoofar :D

Un Saludo!

Asmodeous (Blackstar en tiempos antiguos)

Dog_save_us_from_God dijo...

sky4you:
Lo mejor, Joyce no se inscribe dentro de la Fast Reading, La Lectura Light, ni esta mencionado en el Codigo Da Vinci (espero...)sigue siendo platillo para gourmets.
Saludos!
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Blackstar Asmodeus:
¿Comunidad?
Bueno, Irene, yo y mi otro yo hacemos bulto.

Aunque... existen los restos del Arca Comunitaria de Filozoofar; de donde fui seductoramente invitado a afrontar el diluvio fuera: http://groups.msn.com/Filozoofaresdar ; cualquier arqueólogo, filozoofo o curioso será acogido.
Grax por la visita!

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Precisamente le acabo de comentar a otro "blogger" que me parece algo muy chingón ver que un chavo pueda escuchar muy quitado de la pena por igual a Charlie Parker, Siouxsie & The Banshees y Herbert Von Karajan al mismo tiempo, sin reparo ninguno. ¡Saludos!

ErosGod1 dijo...

Así es Erat hora; el placer es un erial inmenso, que afortunadamente no se circunscribe al futbol. Continuaré el relato, de como el Trivium y Quadrivium (tres y cuatro caminos según corresponda) me convirtieron en Dédalo de mi propio laberinto musical.

mau dijo...

la música sin fin y con recuerdos de calles, gente y vida es posmodernidad robot compañeros del partido blogueril vodevil!!!

aunque de otro estilo de música, también me desenpolvo y desenvuelvo como amante empedernido de esos sonidos profanos que aclaran la vida y ponen bajos instintos a nuestra vida.

lo mio es el rock, pero siempre aprecio las geniales interpretaciones y la base, el origen...

un gran saludo/robot, gracias por la visita y al cabo de los días me leere toda la historia de este blog posmoderno genial.

ErosGod1 dijo...

Vale Electrodoméstico, intercambiemos visitas, la próxima trae postre que aqui hay café.

Zebigleb you're well comeback.
A cold coke will be waiting for you.