12 junio 2007

¿Un espiral retorno o un constante ahora?

Es lugar común citar a Einstein para expresar cosas que el cerebro no alcanza a comprender; asi la relatividad se vuelve olla de todo tipo de caldos. Stefan Sweig, contemporáneo de físico multinacionalizado, en alguna de sus obras escribió racionalmente; "...no existe en la realidad ni pasado ni futuro; la vida es un constante ahora." En éste "mi ahora", se vuelcan varias cosas del ayer.
De un ayer que en su mayor parte no me pertenece, de una serie de hechos que cuando se atravesaron en mi vida, o yo atravesé mi vida en ellos, ya pertenecían a un pasado común; al inconciente colectivo. Y ahora regresan con nueva vida y renovados bríos y vuelven a tomar posicionamiento en mi vida.
La resurrección o irrupción del pasado se comenzó a gestar involuntariamente hace más de 10 años. José Antonio Ibarra (Akenatun) me invitó a visitar el abandonado cine Pecime, cito en la avenida de la Universidad. Acepté porque se despertó mi curiosidad por recorrer las ruinas dónde ví por vez primera el filme de Alan Parker; Pink Floyd, The Wall.
Recuerdo que la multitud nos empujabamos para estar cerca de la puerta y lograr los mejores lugares para ver la película; Mónik y yo recién comenzabamos a salir y ella había invitado a la más "fresa" de sus amigas, lo que me obligaba a cumplir con los protocolos que la caballerosidad requiere, de forma tal que debimos respetar la fila; esto nos ponía en desventaja frente a la desbordada "urbanidad" de las juveníles huéstes ávidas de desmanes. Y en efecto, no alcanzamos butacas y con cientos de jóvenes más debimos conformarnos con usar las escalinatas de los pasillos a manera de gradas para disfrutar del filme. Toda una experiencia VIP; a los 10 minutos de película los caseros cigarrillos hechos a mano, eran ofrecidos a diestra y siniestra, cinco minutos mas tarde las TKT's hacían su aparición.
Todo aparecía por generación espontánea o producto de divina obra, incluida la espesa nube de humo que ocupaba en su totalidad el lugar. El ambiente superaba con creces al vivido anteriormente, en el cine Latino durante la exhibición de The song remains the same, de Led Zeppelin.
Entre las cervezas donadas por anónima mano y la inspiración forzada de las neblinas cannábicas de la sala, vimos el filme en un estado de alterada lucidéz.
Ahora, al volver a ese sitio, parte del panteón personal, la experiencia era muy tentadora. Cuando ingresamos a la sala de exhibición, me pareció que una muchedumbre de roedores escapaba a refugiarse de las maleficencias de la luz, horrorizados del peligro de descubrirse a si mismos, quizá. Caminamos al fondo del escenario, donde apareció un pasillo y posteriormente una escalinata; de pronto me sentí en un cuento de Lovecraft; y finalmente llegamos a un bodegón. Al quitar los candados y abrir las puertas descubrí un mundo maravilloso. Cientos, miles de posters cinematográficos, en absoluto desorden, cubrian pisos, estantes y cuanta supercie pudiera contenerlos. Con la emoción reflejada en el rostro me puse a observar y extender algunos de ellos.
Solamente el comentario de José Antonio me volvió a la realidad;
-¿Quieres algunos?-
Volteé y automáticamente , pero efusivamente le respondí;
-Sí claro!-
Y comencé a colectar carteles, desde algunos de Chaplin, pasando por los del Santo el Enmascarado de Plata, llegando a una gruesa colección de posters originales de las películas de The Beatles, impresas en rosa. Salí con mas trescientos posters y le extendí unos cuantos billetes al empleado que nos había conducido y acompañado hasta allí, por cierto, no recuerdo el motivo que llevo a Akenatun a ese sitio, ni las condiciones que nos permitieron el saqueo.
José Antonio protestó;
-No me lo mal acostumbres-.
Regresé a casa y me puse a observar docenas de ellos a la vez, pero no teníamos un sitio donde colocarlos y exhibirlos, de forma tal que me ví obligado a volverlos a doblar y a guardarlos. Pasarían algunos años más, cuando Sir James Paul McCartney aceptara tocar en la ciudad de México, Entónces, se dió una coincidencia más, que en otra ocasión les platicaré, para que el bajista mas famoso del mundo me autografiara los posters e incluso hiciera algunos dibujos y apuntes sobre ellos.
Algunas semanas atrás, en preparando el viaje a Argentina, decidí vaciar las memorias de las cámaras de fotografia y video, con el objeto de alistarlas para la aventura sureña.
Entre fotos médicas de pacientes y familiares la computadora registró más de mil. Tal cantidad de fotos me convenció de buscar una forma de guardarlas y exhibirlas de forma amena, e indagar la posibilidad de mostrarlas por medio del televisor; esto derivó en el descubrimiento de Windows Movie Maker, un software incluido en sistema operativo de mis ordenadores, y por que ya no había que pagar.
Con un poco de tiempo invertido en el nuevo (al ménos para mi) juguetito, pude medio sincronizar música con imagenes y fue así como les presenté el video de;
The Answer is Blowin' in the Wind en la versión de los Mondragón y con fotos de la cruel invasión a Persia. Con el consejo médico profesional de la destinataria de mis sueños y deseos, se gestó la idea de compartirles los ahora incrementados posters y fotografías, con las músicas de mis preferencias. Idea secundada por mis hijos, quienes al coro de :
¡Ponles toda esa música chida que tienes, aunque ya es muy vieja. Preferimos recuperar a nuestro padre rockero, rescatarlos de las garras de ese jazz tan nostalgico que nos receta ahora. Muera la Marlenne Dietrich y demás momias!
Y con esas cosas rondándome la mente, me moví del pasado lejano al pasado reciente y les mostré el desfile de carteles y fotografías cinematográficas que suman mas de 1200, y disfruté desempolvando decenas de discos de la música que más disfruto; el rock sinfónico italiano.
Asi las notas volvieron a retumbar en las paredes de esta casa, sacudiéndose los muros por los acordes de los grupos: desde la Premiata Forneria Marconi, Il Banco del Mutuo Soccorso, Le Orme, i New Trolls, i Gigantí, Latte e Miele, Barrock, Area, Campo di Marte, Vecchia Loccanda, Formula Tre, Rosae, Il Reverzo della Medaglia, Ibis, y un gran etcétera.
En estando en esos trabajos "creativos" resulta que me enteré que New Trolls vienía a tocar a México!
Santo Dior Omecihuatl!
¿Que extraños hilos jalé que el pasado se apersonaba en mi constante ahora?
Con emoción apenas contenida esperamos el paso de los días; pero el viernes 25 de mayo las cosas se tornaron en extremo complicadas; el gran acúmulo de trabajo; la circulación vehicular colapsada; una gran lluvia amenazaba con inundar la ciudad, la final del enagenante futbol en el mismo horario del concierto; la sala Ollin Yoliztli a unas calles del Estadio Azteca; Ticket Master sin registro del concierto, lo mismo en la propia sala, aunque el personal de suguridad me explicó que era un evento privado, por lo que las taquillas no estaban abiertas.
Las nueve de la noche y aún en casa, buscando confirmación vía telefónica. Finalmente Monik que siempre resuelve lo importante dijo;
-¡Vámonos allá debe haber alguién!-
Llegamos al lugar del concierto a las 21:45 h. no se veía gente ni automóviles.
La noche lluviosa y un policia se acercó y nos ofreció estacionamiento en el área de azotea las salas después de escuchar nuestra respuesta afirmativa a su pregunta;
-¿Vienen al concierto de rock?-
Esto tambien nos trajo certeza.
La mayor parte del Centro Cultural Ollin Yoliztli estaba desierta y con las luces apagadas. Guiados por la intuición bajamos escaleras y recorrimos pasillos hasta que finalmente dimos con la parte del llamado "Backstage"; al acercarme a preguntar dónde era el acceso, descubrí a Nico dil Palo, uno de los fundadores, allá por 1965 (según la historia biográfica)junto con Vittorio de Scalzi. Entre la prisa y la sorpresa, yo saludé en inglés y el contestó en italiano. Le deseé un buen concierto, a pesar de no estar aún seguro nuestra presencia.
Al llegar al acceso vimos que no había taquillas abiertas, pero nos enteramos que el promotor estaba en el lobby. Tras el llamado de un policia, se acercó y mediante rápida negociación, estabamos dentro. Puedo afirmar que fuimos los últimos en entrar a la sala, que lucía un aforo de 4/5 partes. A media sala estaba una fila prácticamente vacia, nos acomodamos justo a la mitad.
Justo al sentarnos se apagaron las luces y dio inicio el concierto. Un sonido diáfano, perfectamente equalizado, aprovechando absolutamente toda la acústica de la sala Silvestre Revueltas.
Las canciones seleccionadas para abrir el concierto fueron de su primer album oficial; Senza orario, senza bandeira; Una mineira. Y algunas baladitas, por desgracia las más conocidas y cantadas,que para mi gusto son de menor calidad musical; Signora Io sono Irish y Quella carezza della Sera.
La mayoría esperabamos el Concerto Grosso per 1, y Scalzi ni tardo ni perezoso la anunció (antes dijo que ya habían grabado el Concerto Grosso 3, pero que este no estaba contemplado en la gira. Tocaron buena parte del concierto, sustituyendo a la orquesta con teclados, esto le dió un toque de mayor sonoridad rockera, en un dialogo perfecto entre guitarras (Mauro Sposito-Maddalone), resaltando el led de Andrea Maddalone, bateria potente y exacta (Alfio Vitanza), un solvente bajeo (Francesco Bellia) y los adornados teclados cuasi barrocos ( Scalzi y Dil Palo). Maurizzio dil Palo, guitarrista original del grupo sufrio un accidente vascular hace algunos años, permaneciendo en estado de coma por varios días. El diagnóstico aseguraba invalidez, la música fue en buena parte su terapia, recuperó el habla, conservando intacto su registro de voz, perdió parte del movimiento de una mano, pero eso no lo amedrentó, perfeccionó la técnica de los teclados y ahora es principal soporte del virtuosismo de Scalzi, quién olvidando antiguas divisiones, lo invitó a tocar de nueva cuenta, renaciendo de entre la fama y las cenizas de la división que había generado dos grupos; Il Mito New Trolls & Il Cuore de New Trolls; para dar espacio al único y verdadero New Trolls
Finalizaron esta parte con Shadows (Pieza homenaje a Jimi Hendrix) donde Andrea se adueñó del escenario, dando catedra de dominio de un instrumento, quiza uno de los momentos mas potentes del concierto. La reacción fue de entrega absoluta de parte del auditorio; 12 minutos de aplausos! que humedecieron los ojos de Vittorio Scalzi y dibujaron una satisfecha sonrisa en el rostro de Dil Palo, quien se acercó a Vittorio y algo le comentó al oido; entonces Scalzi prometio que regresarían en otra ocasion para interpretar los tres Concierti Grossi con orquesta sinfónica.
Las emociones desbordadas hermanaban al publico y a los artistas. Otro momento intenso fue la interpretación de Le Roi Solei, las seis voces en el escenario crearon una de las piezas de rock mas emotivas, que al mismo tiempo transitaban de la potencia del hardrock a armoniosa tonalidad de sus voces, no sabría escoger entre las mejores piezas corales de Queen y de los italianos. Y despues otra muestra de genialidad, la versión de New Trolls a Una noche sobre la Ärida Montaña (Una notte sul monte Calvo)
Parafraseando a Chava Flores podria decir; ...Y duró la obra desde las 10 hasta las doce. Dos horas de... excelente música.
El encore de 6 piezas (volvieron al escenario despues de otros 10 minutos de aplausos) terminó con un reprise de Shadows. La misa de seis ministros terminó, los feligreses salimos sintiendo aún la divina caricia de Euterpe en nuestros oidos.
Poco a poco saliamos de la sala, como si nos pesara dejar atras las sensaciones expuestas minutos antes. Tanta emocion ameritó una visita al sanitario, y al salir de allí, una sorpresa más; Dil Palo, Scalzi, Maddalone y Vicenza (baterista) llegaron al lobby a regalar autografos. Ocasión que aproveché para aceptar la oferta de mi esposa y retratarme con ellos. Andrea me comento (esta vez ya medio funcionó el italiano) que Vicenza estaba reuniendo a nueva cuenta a la formación original de Latte e Miele, del cual fue líder y baterista. (Si les es posible descarguen de Lime Wire la Suite Pavana; 23 minutos de la mejor fusión Rock-Música clásica, antes habían grabado La Passio Secundum Mattheum, que fue presentada en el Teatro Pontificio Oaratorio de San Pedro en el mismo Vaticano, el 20 de septiembre de 1973)
Me acerqué a Alfio Vitanza quien me comentó que incluso estan negociando la presentación de Latte e Miele en México.
Aproveché para agradecer a Scalzí y dil Palo por los momentos vividos, no solamente en el concierto, sino desde que los descubrí y quedé enredado en las redes del New Trolls.
En esta, mi hermosa familia, hay un lazo de unión que nos identifica;
la Música.
Así, sin calificativos, pero con mayúscula.
Este concierto me recordó a otro que viví hace algunos años.
Monik y yo recien saliamos, cuando nos enteramos que la Orquesta Sinfónica de Moscú daría una serie de conciertos en la Ciudad de México. Uno de ellos en el llamado "auditorio del queso" (por su forma) en la Unidad Cultural Jaime Torres Bodet del IPN. Me costó muchísimo trabajo adquirir un solo boleto, no por el precio, sino por la disponibilidad; pero aún así nos presentamos en el auditorio, y alguna de las autoridades nos permitió el acceso; fue la primera vez que nos tocó escalera.
Tocaron un repertorio de música rusa, sobre todo de la llamada escuela tradicionalista, excelentes ejecuciones. Al final emocionados le dije a Monik;
-Les faltó tocar; Las Danzas polovetzianas del Principe Igor de Borodin o Sheherezade de Korsacov-.
El milagro se hizo!
En el encore tocaron el último movimiento de la Suite Sheherezade (Festival en Bagdad) de Rimsky Korsacov; y de la Opera inconclusa; El Principe Igor; Las danzas Polovetzianas, de Borodin!
La felicidad se presentó en forma de lágrimas; salimos del auditorio con la mirada humectada, pero con la certeza de que nuestra comunión nos proporcionaria constantes momentos de felicidad; cosa que se nos ha cumplido desde entonces.
Amigos; les presento la última parte;
Décima!
de: Es sólo Cine, pero me gusta!
Presentada con piezas musicales de los grupos talianos, Latte e Miele y del ménos avejentado Barrock; excelentes exponentes de la corriente "sinfonica" del rock progresivo italiano.
La primer pieza es un fragmento de la versión a Opera 21 de Beethoven, tomada del disco Aquile e Scoiattoli de Latte e Miele.
La segunda pieza es un fragmento de la Suite Re Artú, corresponde al segundo movimiento Dopo la bataglia. El tercer corte es la pieza completa Regina della Luna; y el cuarto es un fragmento mas de Ré Artú, piezas todas ellas del grupo Barrock.

6 comentarios:

marichuy dijo...

Pues ni disertación ni filosofía, solo un humilde cometario:
Alabado sea Einstein, porque nos proporciona una maravillosa pincelada "científica" para excusar nuestras (la mía, pues) ignorancias.

Saludos

Angeek dijo...

Me emocionó tu relato...por momentos te imaginé como el Salvatore de Cinema Paradiso. Entrañable colección. Y qué encuentros has tenido! Qué bueno que existe la web!

Maco dijo...

wow!! gracias, por compartir la reseña la estaba esperando, y bueno es emocionante recordar, de verdad que me emociana venir a leer, ver, escuchar, algunos grupos no los conozco, creo que soy medio ignorante, me hubiese gustado compartir esta musica.

saludos mi estimadicimo amigo!!!

Gabriela Monroy Calva dijo...

Gracias por tu tiempo y tus ganas de compartir mi querido filozofo
Gab

Lorena dijo...

vaya, ahora entiendo el por qué de los carteles y la música. Eso de la aventura de cómo obtuviste los carteles de las películas estuvo muy emocionante, y además qué descubrimiento!! wow,eso solo sucede en México, aqui es mas que imposible, son hasta de colección y obviamente carísimos!!, que suave!. El grupo que mencionas jamás lo he escuchado y mucho menos en vivo, pero por lo que narras se ve que es un grupazo, también me gustaria verlos si se dieran una vuelta por acá. Muy bueno tu post, me encantó...
saludos!

Lorena dijo...

Te he nominado para principe blog 2007, aceptas?
http://principeblog2007.blogspot.com/ saludos!!